martes, 3 de junio de 2008

(Mujeres, niñas de mil años…)

Deseo compartir contigo, éste poema. Espero sea de tu agrado:

Abstracto el arte de tus risas,

que se oyen en el viento,

tu agrio carácter

como la manzana de la península norteña.

Niña de mil años

que engendró su esencia

como el níspero en el cielo,

y el viento tu fuerza.

Tu voz corta el aire

impuesta por tu bondad innegable

exquisita sazón, tus sabios

sueños son mis desvelos,

esa forma invisible de existir…

no me importa poner las letras

lo que importa es tenerte como letra

nuestra agua de vida,

que son conjugadas con el verbo: amar.

Mañana que me levante

y contemple las olas

de tus dormidos cabellos,

te tocaré con los ojos

con la jerarquía de un general

con la sublevación de un peón

siendo un elegir de opción…

tu óleo mi hacienda,

mi empresa que genera

riquezas para seguir

siendo más pobre,

para hacerme crecer,

para ser más imberbe.

Harry Cañari-Atoche

2 comentarios:

Anónimo dijo...

lindo poema :)

Anónimo dijo...

Me hace acordar a uno de los versos de el poemario de Octavio Paz, Pasado en Claro :)